El origen del teatro en Caravaca

Teatro decimonónico en Caravaca de la Cruz

El gusto por el teatro de los caravaqueños es proverbial y viene de antiguo, prueba de ello es que al menos desde 1581, está documentado, que el Corpus se celebraba con representaciones teatrales religiosas; teatro de calle que se mantendría durante todo el siglo XVII.  Algo más tarde, en torno a 1656, sabemos de la existencia de una ermita dedicada a N.S. del Buen Suceso y ligado a ella, un patio de comedias cuya recaudación le quedaba destinada.

Además del Patio de Comedias del Buen Suceso, a partir del siglo XVIII se representaban piezas en la Plaza Mayor, siempre con motivo de algún suceso importante vinculado a la población.  En Caravaca actuaron cómicos de Murcia y compañías de farsantes o comedias, en 1769, 1797 y 1771. Pero hasta  mediados del siglo XIX no se construye un teatro moderno acorde con la importancia de Caravaca. Se encomendaron sus obras a Alejandro López y los decorados pictóricos al sardo Enrique D¿Almont que además asumió su dirección. El edificio se dio oficialmente por terminado el 3 de mayo de 1847 inaugurándose con una obra de teatro esa misma noche.  La inversión superó los 60.000 reales.Un cuarto de siglo después hubo que reparar el desgastado mobiliario y se repuso la decoración. Fue el momento en el que el Ayuntamiento decidió ceder el local de manera gratuita a las compañías de aficionados.

El Diario de Murcia no precisa qué compañía era la que actuaba en Caravaca allá por 1881 con motivo de las fiestas de la Cruz.  Sabemos que en octubre actuaba en la localidad la compañía dirigida por Ricardo Simo, que procedía de Águilas. Pero al año siguiente fue una compañía de zarzuela que estaba actuando en Cartagena con gran éxito la que visitó la población. Era su principal protagonista el tenor cómico murciano Pablo López. En el verano de 1889 el teatro local vio en su escena la zarzuela «Clotilde» del autor Abelardo Rodríguez y música del pianista Nogueras que, a decir del comentarista de prensa, «estuvo animada y graciosa».

Dos acontecimientos teatrales tuvieron lugar en 1892. En marzo se representaba en Los Royos el clásico de Zorrilla «Don Juan Tenorio», curiosamente fuera de temporada y meses después pasaba por Caravaca la compañía infantil de zarzuela del colegio cartagenero Progreso y Porvenir de la Infancia, que actuaba bajo la dirección de Vicente Fuster.

En muchas localidades había algún grupo de teatro compuesto por aficionados; también en Caravaca y en 1893 pusieron en escena dos obras en la noche del día del Corpus: «La cruz del matrimonio» y «El loco de la buhardilla». Algunos de sus componentes eran: «Encarnación Calzada, señora Torrecilla, señores López Melgares, Pérez Miravete, etc». La función se clausuró con la actuación de un sexteto dirigido por Alfonso García de Murcia.

Las ordenanzas municipales dedicaron varios artículos al comportamiento cívico de los ciudadanos en el teatro, en 1895. El objetivo era lograr que un sector de público demasiado vehemente guardara la compostura precisa durante las representaciones. En cuanto a las actuaciones, aquel mismo año volvió una compañía de zarzuela ya conocida en Caravaca que, bajo la dirección de Pablo López, andaba de gira por Cartagena, Almería y Albacete, todo un auténtico lujo.

La Compañía Gorgé y Grajales ponía en escena con motivo de los festejos de la feria de septiembre en 1898, dos zarzuelas. El año había comenzado con una función a beneficio de la asociación procesionista de los blancos a cargo de una compañía local de aficionados dirigida por Vicente de la Torre. La siguiente referencia hallada es de tres años después, es decir, de 1901 y el momento, las fiestas de la Cruz, pero el precio excesivo de las entradas provocó, al parecer, un fracaso de público; otro tanto le sucedió a la compañía de zarzuela que en octubre visitó la localidad. Pero en 1902 fue una compañía cómica la que pisó escenario en Caravaca con Espantaleón al frente. También se representaron obras de teatro en el Salón Novedades, desde 1909 y en el Salón Teatro del Casino, en 1911.

Escenario del teatro Thuillier en 1906

La compañía de Emilio Thuillier

La compañía dramática del malagueño Emilio Thuillier Marin visitó Caravaca en 1903 y alcanzó tal éxito que se decidió poner su nombre al teatro.  Por cierto, el cuarto teatro data de 1926 y se trata del Gran Teatro Cinema que, como su nombre indica, nació más orientado al séptimo arte que a las representaciones escénicas.  A pesar de ello, para todo se empleaba y prueba de ello es que la Compañía de zarzuela Galván-Andreu, de reconocido prestigio en la Región, visitó Caravaca en octubre de 1905 y cosechó en ella un nuevo éxito.  En la feria de 1910 pasarían por el teatro una docena de obras diferentes, destacando las de los hermanos Álvarez Quintero. En 1914 triunfó en el Teatro Thuillier  la Compañía de zarzuela dirigida por Pascual Gregori y Mateo J. Nogueras.

 

Dando un considerable salto en el tiempo, cabe mencionar que en 1925 se celebró una función benéfica a beneficio de la Santa Cruz.  La Compañía era de aficionados locales y pusieron en escena una comedia de los hermanos Álvarez Quintero titulada «Doña Clarines» además del juguete cómico «Lola, Lolilla, Lolita y Lolo». Actuaron Julia y Pepita Martínez Carrasco, José Melgares Alfonso, Carmen Celdrán y Andrés Piqueras y las hermanas Bolt, entre otros. Meses después, los caravaqueños disfrutaban con la comedia de los hermanos Álvarez Quintero titulada «El genio alegre».  Benizar dispuso del Teatro de la Infancia desde 1926. En cuanto a obras y autores, reseñar la existencia de un monólogo dramático escrito en 1918 por J. José Ibáñez, titulado «La hija del emigrante».

Fuente: www.regmurcia.com

 

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