MONASTERIO DE SANTA CLARA (II)

Arquitectura

La iglesia

La iglesia es de pequeñas dimensiones en estilo barroco, utilizándose los materiales tradicionales como son la sillería para las zonas nobles, ladrillo y mampostería.

Tiene planta de cruz latina, cuyas medidas máximas son 25 x 11,60 m.; con sólo dos capillas laterales abiertas a la única nave central, cubiertas con bóvedas de cañón sobre lunetos.

El crucero cuenta con una bóveda vaída; a los pies de la iglesia se encuentra el coro en planta alta, con celosías propias de su uso conventual.

Coro

Cuenta con la singularidad de que corresponde a la zona del ingreso la parte más antigua de la edificación, basada en la antigua ermita de San Bartolomé, desarrollándose a la inversa que en la mayoría de los casos hacia la cabecera, que, además, se eleva sobre el arco formado sobre la calle del Mercado, solución para conseguir mayores dimensiones, que resultó conflictiva en su momento.

Al interior de la iglesia se accede a través de una cancela de cuarterones del siglo XVIII. La decoración es sencilla con algunos relieves en fábrica de yesería.

La portada

La portada, como zona principal, aunque sencilla, se encuentra realizada en piedra, dispuesta en dos cuerpos, rematada por frontón triangular partido con cruz flanqueada por pirámides con acabado en esferas. Las decoraciones adicionales no llegaron a ejecutarse, por ello se ven los dos guardapolvos sobre espacios vacíos, donde debían colocarse los escudos o blasones.

La espadaña

Retranqueada en los tejados entre la iglesia y el convento se puede observar la discreta espadaña con dos campanas.

El convento

Se trata de una vivienda señorial transformada a lo largo del tiempo en clausura femenina. Parte de la misma se dispone en torno a un patio convertido en umbrío y pequeño claustro abierto de dos plantas, al que le falta la arcada de la medianera con la iglesia; está realizado en ladrillo visto, que actualmente se ven repintados en color almagra.

Cuenta el patio con el suelo original de grandes losas de piedra. En el deambulatorio de la planta baja aún se conserva una serie de pilas de gran tamaño, también en piedra, adosadas entre sí, donde todavía las religiosas realizan parte de sus tareas domésticas.

La construcción es laberíntica con distintos desniveles y poco reglada, habiendo zonas de dos plantas y otras de tres, quizás su espacio más monumental, dentro de la sobriedad que caracteriza los interiores de la orden franciscana femenina, sea la escalera principal con cubierta de bóveda vaída y sencilla rocalla decorativa barroca, en la que se disponen pequeños nichos para la exposición de algunos de los Niños Jesús que componen la espléndida colección de estas religiosas.

Torreta

En la crujía sureste se eleva una torreta de dimensiones considerables, totalmente acristalada y con magníficas vistas a toda la villa de Caravaca, quizás para suplir la falta de un claustro en condiciones para el esparcimiento y solaz natural de las religiosas, ya que por estar rodeadas de vecindad la utilización de otros espacios al aire libre las hacía vulnerables a su intimidad como monjas de clausura. También existe una torre sobre el claustro angulada con la iglesia a la altura del coro.

Bodega

Recientemente han descubierto una bodega, cuya escalera de acceso se encontraba tabicada desde una sala almacén de la planta baja del claustro. En ella se pueden ver ocho grandes tinajas, cinco de ellas empotradas aún en el suelo hasta casi media altura.

El resto de la construcción está prácticamente con los materiales y elementos de su construcción a lo largo de siglos, que aunque modestos nos dan clara idea de antiguos sistemas constructivos.

Obras

Como bienes muebles incluidos dentro del conjunto, destacamos los siguientes:

El retablo mayor

En el elevado presbiterio, para salvar la altura del arco-túnel sobre el que se encuentra edificado, el actual retablo mayor, de época barroca, procede de la cercana iglesia de la Soledad, que a su vez lo había recibido del desaparecido convento de los franciscanos en la misma localidad, ya que el original de esta iglesia fue destruido en el año 1936; las adecuaciones realizadas sobre el presbiterio en los años setenta, han resultado poco adecuadas en la zona del zócalo, acoplando un almohadillado de piedra.

Retablo de San Antonio y retablo de San Francisco

Las dos capillas laterales, dedicadas a San Francisco, lado derecho o de la Epístola, y a San Antonio, lado izquierdo o del Evangelio, cuentan con retablos barrocos de buena factura, del siglo XVII (según observaciones de José Antonio Melgares sobre el color del hábito de los franciscanos que aquí aparece gris, cambiando en el siglo XVIII al tradicional marrón franciscano).

Otros retablos e imágenes

En el brazo izquierdo del crucero se encuentra el coro bajo, con su reja, y sobre ésta un nicho, donde antes se ubicaba la desaparecida imagen de la Virgen de las Angustias, que actualmente ocupa una imagen de Santa Clara (José Hernández, 1993). Al otro crucero lo decora un retablo barroco (siglo XVII) con estípites, donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Amargura, es interesante la decoración de la predela con mitras y hojarascas, lo que denota ser donación de un obispo, según José Antonio Melgares podría tratarse del Obispo Trejo, que se encontraba en Caravaca en 1624.

También hay en la iglesia una imagen de San José con el Niño, talla realizada en madera policromada, del siglo XX, cuyo autor es José Sánchez Lozano; un San Nicolás y un San Francisco Javier, del siglo XX, ambas imágenes de los talleres de Olot.

Púlpito y tornavoz, sillería y caja de órgano

Se conserva así mismo el púlpito y tornavoz, en yesería policromada y dorada, de finales del siglo XVIII. El coro conserva una modesta pero completa sillería en pino. Junto al coro, en el lado de la Epístola, se puede ver una bonita caja de órgano, posiblemente de bien entrado el siglo XVIII, que por desgracia ha perdido toda la maquinaria.

Santa Clara

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Santa Clara

Talla realizada en madera policromada. Tamaño menor que el natural. Alrededor de 1,50 m. de altura.

Se trata de la representación de la fundadora de la Orden de Santa Clara.

Está colocada de frente, sobre una roca. Bajo el hábito asoman los pies descalzos, símbolo de pobreza y de humildad. Viste el hábito de la Orden, de color marrón oscuro, siendo la zona próxima al cuello de color blanco.

Es una escultura de composición cerrada. Los brazos se juntan al tronco del cuerpo sosteniendo el instrumento para la liturgia.

La túnica es un virtuosismo de pliegues, creando un juego de luces y sombras. Por el contrario, el rostro de la Santa resulta demasiado moderno. Las carnaciones son muy claras. No obstante es un buen ejemplo de la imagineria de nuestro tiempo.

Sigue la iconografía actual de la hagiografía franciscana. Tal como señala don José Antonio Melgares, fue bendecida el 3 de agosto de 1993.

Observaciones:

Esta obra fue realizada por encargo de la comunidad clarisa de Caravaca de la Cruz al escultor murciano José Hernández Cano con motivo de la conmemoración del VIII Centenario de la fundadora en 1993.

Santa Clara es la fundadora en el siglo XIII de la segunda Orden de San Francisco.

Nombre: Santa Clara

Objeto: Escultura

Autor: José Hernández Cano

Fecha: Siglo XX. 1993

Ubicación: Iglesia de Santa Clara Caravaca de la Cruz

San Nicolás

 

san nicolas

San Nicolás

Imagen industrial. Talleres de Olot. Tamaño menor que el natural.

Se trata de la representación del milagro que se le atribuyó a san Nicolás de resucitar a tres niños pequeños que habían sido decapitados por un carnicero para servirlos de alimento.

La figura del Santo se encuentra en la hornacina central del retablo donde se ubica. Se alza sobre un pedestal de madera con forma hexágono, en el cual hay una cartela con su nombre.

San Nicolás se encuentra colocado de frente, volviendo ligeramente la cabeza hacia la derecha. A sus pies, en el centro, el barril con los tres niños frutos del milagro.

Está ataviado con la indumentaria propia de obispo, con cetro y mitra. Los niños están desnudos, pero el barril les sirve para ocultar, de cintura para abajo, sus pequeños cuerpos.

Observaciones:

San Nicolás es, por tanto, el patrón de los muchachos, cuya fiesta se celebra el 6 de diciembre.

Obispo de Meyra en Licia, en el siglo IV.

En tiempos del emperador Diocleciano fue sometido al tormento, confesando su fe (303). Asistió al Concilio de Nicea en el año 325 de nuestra era. Sus reliquias fueron llevadas a Bari en el siglo XI, en torno a 1087.

Nombre: San Nicolás

Objeto: Escultura

Autor: Desconocido

Fecha: Siglo XX

Ubicación: Iglesia de Santa Clara Caravaca de la Cruz

San José

san jose con el niño

San José con el Niño

Talla en madera policromada. Tamaño menor que el natural.

Se trata de la figura de San José, el cual lleva en sus brazos al Niño Jesús.

San José está colocado de frente, en actitud de caminar. La pierna derecha está más adelantada que la izquierda. Los pies están ataviados con sandalias de época. La escultura se halla sobre una pequeña roca, que indica lo sinuoso de los caminos antiguos.

Viste San José con túnica de color verde oliva, decorada con motivos vegetales en dorado. Un manto que cae desde el hombro derecho deja ver toda una serie de pliegues volumétricos desde la cintura hacia los pies. Dicho manto es de color marrón, decorado con motivos vegetales en dorado, haciendo juego con el diseño de la túnica.

La figura de San José se gira a la altura de la cintura hacia el lado izquierdo, dejando un hueco en el regazo derecho para la imagen del Niño. Éste está vestido con una túnica de color dorado, recogida en la cintura por un cordón en tono rojizo. Con la mano izquierda sostiene una bola azul, el mundo, y con la derecha bendice.

Observaciones:

El conocido escultor don José Sánchez Lozano es el imaginero del siglo XX que más se ha inscrito en la tradición barroca.

La labor de Roque López, después de la muerte de Francisco Salzillo, vuelve a continuarse en nuestro siglo por escultores como el que nos ocupa y Clemente Cantos.

Nombre: San José con el Niño

Objeto: Escultura

Autor: José Sánchez Lozano

San Francisco Javier

 

san francisco javier

San Francisco de Asís

Imagen de los talleres de Olot (Cataluña). Tamaño algo mayor del natural.

Se trata de la escultura de San Francisco de Asís con los estigmas.

Está ataviado con hábito de color marrón oscuro, muy sencillo. En el lado derecho se simula un roto que permite ver la estigma de la llaga del costado.

Está colocado en el nicho central del retablo, en la calle principal de éste. Se posiciona al Santo de frente, descalzo, con la pierna derecha más avanzada que la izquierda, y sobre una pequeña roca. Por debajo del hábito asoman los pies desnudos, símbolo de pobreza y humildad.

Es una escultura de composición cerrada. Los brazos están completamente pegados al cuerpo. El brazo izquierdo está más elevado que el izquierdo y lo dobla tocándose el pecho con la mano abierta, en la que vemos la señal del estigma. Bajo el brazo, entre la mano y el pecho, se encuentra el crucifijo. Éste está sujeto con la mano derecha, en la cual también se ve la señal del estigma.

La cabeza se levanta hacia arriba, al mismo tiempo que sus ojos se pierden en el infinito cielo. Es un rostro dramático, con la boca entreabierta.

Observaciones:

El retablo donde se ubica dicha escultura es de la primera mitad del siglo XVII.

Nombre: San Francisco Javier

Objeto: Escultura

Autor: Desconocido

Fecha: Siglo XX

Ubicación: Iglesia de Santa Clara Caravaca de la Cruz

Retablo S. Francisco

retablo de san francisco

Retablo de San Francisco

Realizado en madera. Las técnicas que se han empleado son: La talla, el torneado, ensamblaje, policromía y dorado.

El retablo se divide en tres calles verticales, la central de mayor anchura que las laterales, flanqueadas de dos pares de columnas en tono rosáceo.

Las tres calles se abren albergando nichos con esculturas. En el nicho de la izquierda se encuentra la escultura de Olot de san Nicolás de Bari. En el de la derecha está San Luis. El nicho central, de mayor envergadura que los laterales, recoge la figura de San Francisco mostrando los estigmas y el crucifijo.

Lo más importante de este retablo son las pinturas de la predela. Sobre un fondo de paisaje, el autor dotó de gran profundidad el escenario en que se desarrolla la escena. En ella se representan las figuras de San Cristóbal portando al Niño en sus hombros, San Bernardino de Siena, en actitud de leer un libro que lleva abierto en sus manos, San Juan Capistrano, legado pontificio en 1456, y un joven mancebo que apoya su mano derecha sobre una espada.

Observaciones:

Tiene gran valor desde el punto de vista de la historia del arte.

Las imágenes que componían el retablo en su origen, fueron destruidas durante la Guerra Civil Española de 1936 al 1939, suceso muy común en toda la geografía española.

Nombre: Retablo de san Francisco

Objeto: Retablo

Autor: Desconocido

Fecha: Primera mitad del siglo XVII

Ubicación: Iglesia de Santa Clara Caravaca de la Cruz

Retablo Mayor o de la Purísima

 

retablo mayor

Retablo mayor o de la Purísima

Retablo realizado en madera. Probablemente obra de José Sáez. Se ha empleado las técnicas de la talla, el ensamblaje y el dorado.

Se trata de un retablo barroco, con decoración de hojarasca y rocalla típica del “rococó”.

Está dividido en tres calles verticales, separadas por columnas. En las tres calles un nicho, con una imagen respectivamente. El nicho central exhibe la imagen de la Purísima o Inmaculada Concepción. En el nicho de la izquierda la escultura de San José y el Niño. En el de la derecha un santo franciscano.

En el segundo cuerpo del retablo, el emblema franciscano, y en el tercer cuerpo, en los relieves de las calles laterales, la defensa del dogma de la Inmaculada. Ocupando el espacio central la escultura de bulto del arcángel san Miguel.

El zócalo esta muy transformado por las reformas que se hicieron en la década de los años setenta de nuestro siglo.

Observaciones:

El retablo que nos ocupa se hizo a fines del siglo XVIII para la iglesia del convento de san Francisco en Caravaca de la Cruz. Después pasó a la iglesia de la Soledad y desde allí se trasladó después de la Guerra Civil, en 1940, hasta la iglesia de Santa Clara. El objetivo era sustituir al retablo mayor de dicha iglesia, obra del maestro Blas Sáez de principios del siglo XVIII, pero que con la guerra había sido destruido.

Nombre: Retablo Mayor o de la Purísima

Objeto: Retablo
Autor: Desconocido Fecha: Finales del siglo XVIII
Ubicación: Iglesia de Santa Clara

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