Las torres señoriales de Caravaca de la Cruz

En los años posteriores a la conquista de Granada, en la periferia del término municipal de Caravaca, se realizan distintos repartimientos de tierra, puesto que por la proximidad al reino de Granada muchos territorios habían estado despoblados. Empiezan entonces a fundarse haciendas que ampliarán su superficie mediante alianzas y matrimonios.

Estas torres no tienen connotación defensiva alguna, no pasando de ser una casa de campo unida a otras dependencias auxiliares. A principios del siglo XVI se funda la Torre Girón, que contaba con planta baja, dos cuerpos superiores y cubierta a cuatro aguas. Junto a la torre se hallaban otras viviendas más bajas y una tapia que cerraba un circuito a cielo abierto.

Torre Girón

La torre señorial de la que más literatura disponemos es la Torre de las Fuentes, en Caravaca. Este nombre dio segundo título nobiliario al marqués de San Mamés de Aras, D. Diego Uribe y Yarza, quien durante el siglo XVIII se titulaba también como Vizconde de Torre de las Fuentes.

Torre de las Fuentes del Marqués, conocida popularmente como ‘De los Templarios’

Esta torre fue adjudicada a la Orden del Temple, basándose en el mero hecho de que esta Orden estuvo en Caravaca durante algo más de cuarenta años. De ahí que se la conozca popularmente como la Torre de los Templarios. En 1991 se realizaron unas excavaciones arqueológicas que permitieron obtener una visión bastante completa del conjunto arquitectónico, viniendo a mostrar que su autoría no se debe a los templarios sino al modelo de arquitectura residencial señorial del que veníamos hablando.

Fuentes:

Pozo Martínez, Indalecio: Las torres medievales del Campo de Caravaca (Murcia). In: Mélanges de la Casa de Velázquez, tome 32-1, 1996. Antiquité – Moyen-Age. pp. 263-285.

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Las torres vigía de La Represa y Jorquera

Torre Jorquera

No todas son iguales ni responden a una misma función o periodo histórico. Sin embargo,  nos referimos a todos estos elementos arquitectónicos que encontramos por el campo y la huerta de Caravaca de la Cruz con el nombre de Torres, debido a su enorme parecido formal. No obstante, atendiendo a diferentes criterios de carácter militar, económico o social, podemos diferenciar entre torres vigías, torres refugio y torres-residencia señoriales.

Las torres vigías, de las que trataremos en esta ocasión, cumplían una función exclusiva de reconocimiento y control del territorio.

Las torres gemelas dedicadas a la vigilancia de Caravaca durante el período cristiano (últimos años del siglo XIV) fueron la Torre de la Represa (o de Los Alcores) y la Torre de Jorquera, ubicadas en los márgenes de los ríos Argos y Quípar. Funcionaban como guarda de la frontera, teniendo la función de informar, bien verbalmente o a través de señales visuales, a las villas o a otras torres vigías sobre la inminente llegada de los cabalgadores musulmanes durante una época en que bien expiraban o se transgredían  las treguas concertadas con los granadinos.

Torre de la Represa o Los Alcores

Estas dos torres presentan planta troncocónica invertida, diámetro de base de 6,5 metros y altura en torno a los 8 metros. Constan de un primer cuerpo macizo y un vano con dintel arqueado a unos 3,5 metros de altura, lo cual muestra que el acceso debía de hacerse mediante una escala móvil que los guardias retiraban una vez que se encontraban en el interior de la misma.

Fuentes:

Pozo Martínez, Indalecio: Las torres medievales del Campo de Caravaca (Murcia). In: Mélanges de la Casa de Velázquez, tome 32-1, 1996. Antiquité – Moyen-Age. pp. 263-285.

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