CONOCIENDO NUESTRO CALLEJERO (I)

CONOCIENDO NUESTRO CALLEJERO (I)

Calle poeta Ibáñez

En esta ocasión vamos a dedicar el blog de turismo a conocer un poco mejor el callejero de nuestra ciudad y su historia. Prosiguiendo con la práctica iniciada en el último cuarto del siglo XIX de nominar calles con el nombre de un personaje ilustre, local o nacional, se le puso en su día el nombre de un poeta caravaqueño cuya relevancia local en tiempos no muy lejanos fue grande a una de las calles más importantes de entonces. Me refiero a Juan José Ibáñez Cánovas, el poeta Ibáñez (1869-1920).

Esta arteria urbana tiene uno de sus puntos de arranque en la conocida como “botica de las columnas”, que como su nombre indica es un lugar que tiene columnas (tres concretamente: la central, que hace de parteluz a la entrada, y dos empotradas)

y donde hace tiempo hubo una botica (la de D. Cayetano Laborda Rodríguez), en la confluencia de las calles Canalejas y esta que nos ocupa de Poeta Ibáñez.

La vía en cuestión comunica con la calle Canalejas, a través de la cual podemos llegar a la caballista plaza de los Caballos del Vino (popularmente conocida como “plaza del Hoyo”), donde cada tarde del 1 de mayo tiene lugar el conocido concurso del Caballo a Pelo, un concurso de morfología equina; comunica también con la otrora vía principal de la ciudad, la calle Mayor, a través de la cuesta de Don Álvaro; por la calle Ballesta, llegamos a la placeta del Santo donde se erige la ermita de San Sebastián, el templo más antiguo del casco urbano que atesora unas pinturas tardogóticas de gran valor, lugar asimismo donde “duermen” los gigantes y cabezudos que salen en las fiestas patronales y sede de una de las bandas de música de la localidad: desde esta plaza también se llega a la calle Mayor a través de la cuesta de los Poyos (nombre que proviene de sus muchos poyos (peldaños, escalones; del lat. pódium). Por último, la calle Poeta Ibáñez termina en el otro de sus extremos, cual río que en su desembocadura se ensancha, en la plaza San Juan de la Cruz.

En tiempos formó parte de uno de los ejes vertebradores de la ciudad (calle de las Monjas – pza. Del Arco / calles Mayor – Rafael Tejeo / calles Gregorio Javier – Vidrieras – Canalejas – Poeta Ibáñez), siendo, como ya se ha dicho, una de las calles principales.

De D. Fernando a Poeta Ibáñez

Desde finales del siglo XVI a la calle en cuestión se la denominó Don Fernando, abreviación del nombre popularizado de D. Fernando de Robles Miñarro. En 1925 se produjo oficialmente el cambio de nombre de D. Fernando de Robles Miñarro al de Poeta Ibáñez.

¿Quién fue el poeta Ibáñez?

Juan José Ibáñez Cánovas, que era su nombre completo, nació en 1869 y murió en la noche del sábado 24 de enero de 1920, a los 51 años de edad. Don Francisco del Moral y Luna, en un artículo que fecha en Madrid y que titula “¡Ha muerto el Ingenioso Hidalgo de Caravaca!”, invita al alcalde de dicha localidad a que considere la oportunidad de dedicarle una calle de la ciudad, cosa que como ya hemos referido ocurrió en 1925.

Don Juan José fue poeta, militar de profesión (con grado de teniente), oficial en el Registro de la Propiedad y periodista vocacional. Sabemos de él que era hijo de Miguel y Asunción y que contrajo nupcias con Isabel Fernández.

Aunque su obra, de claro corte romántico, no destaca más allá del ámbito local, fue persona muy querida, y participó muy activamente en la vida cultural y festera de la Caravaca de su tiempo. Prueba de ello son los periódicos en los que participó en su promoción, sostenimiento y redacción como “Argos”, “La Luz” (sustituido después por “La Luz de la Comarca”) y “El Siglo Nuevo”. Promovió asimismo certámenes literarios con motivo del centenario del Quijote y de las fiestas patronales, fiestas para las que hizo un parlamento en 1916 y en las que fue el introductor de la Retreta, que era un festejo que tenía lugar durante las primeras horas de la noche de cada cuatro de mayo y que se parecía mucho al murciano Entierro de la Sardina. Consistía dicho festejo en una cabalgata nocturna de carrozas tiradas por bueyes o mulas que transportaban seres mitológicos de cartón piedra, y desde las cuales sus tripulantes arrojaban caramelos y pequeños juguetes de cartón y barro así como miles de “pitos” de madera por los que pugnaba la muchedumbre situada a lo largo del recorrido. Las carrozas iban escoltadas por bandas de música y decenas de bengaleros y chisperos que iluminaban la noche creando así un ambiente mágico dado que la iluminación callejera de la época era muchísimo menor que la actual .

La primera noticia escrita de la Retreta data de 1910. Desde este año hasta más o menos la dictadura de Primo de Rivera se celebra el festejo. A partir de entonces deja de celebrarse y no reaparece hasta 1950. Desde esta fecha vuelve a celebrarse hasta 1959 que se produce la llamada Renovación de las fiestas. De hecho, en la revista-programa de las fiestas de 1960 ya no aparece la celebración de la Retreta, siendo sustituida por la Gran Parada de Moros y Cristianos que en la actualidad se sigue celebrando.

Obra del poeta Ibáñez

El legado literario del poeta Ibáñez lo constituye:

  • La hija del emigrante, monólogo dramático en un acto y en verso que se estrenó en el teatro Thuillier el 26 de mayo de 1912.
  • La Violeta, pequeña colección de poesías.
  • Prosa y Verso, colección de artículos y poesías.
  • La Cruz de Caravaca y el nuevo parlamento, dos poesías (se trata del popular poema, en 24 quintillas, que empieza “Sobre un blanco montecillo…” y un parlamento que se estrenó en las fiestas patronales un 3 de mayo de 1916.
  • Los sobrinos de su tío, diálogo festivo que se estrenó en el teatro Thuillier.
  • El Vals de la Retreta, una revista musical.

Terminaremos este texto con la primera quintilla de uno de sus poemas más populares:

Sobre un blanco montecillo

que su silueta destaca,

frente a un poblado sencillo,

se alza el célebre castillo

de la Cruz de Caravaca.

Desde ahora en adelante, cada vez que paséis por esta calle, podéis recordar algo de este ilustre poeta local que tanto significó en la Caravaca de otros tiempos, de ahí que se le dedicase la calle.

Fuentes:

  • Crespo, Antonio: Escritores murcianos en la penumbra. Revista Murgetana. MU-2007.
  • Jesús Montoya Martínez: Homenaje al profesor Muñoz Cortes, Vol. 1, 1977.
  • Francisco Martínez Mirete: El poeta Ibáñez, una vida al servicio de su patria y de su pueblo. Revista de Fiestas, 1982.
  • Indalecio Pozo Martínez y Daniel Pozo Muñoz: Caravaca en la Primera Mitad del siglo XX. MVRGETANA. Número 135, Año LXVII, 2016.
  • Ricardo Montes Bernárdez: Origen e historia de las fiestas de Moros y Cristianos en la región de Murcia. Náyades, 2021-7.
  • www.historiasiglo20.org
  • www.elnoroestedigital.com
  • www.regmurcia.com
  • www.dle.rae.es
  • books.google.es
  • www.google.com/maps