Pocas tradiciones más navideñas que el Belén, también llamado “Pesebre, Nacimiento y Portal de Belén”. Ya sabéis que hasta el día 5 de enero podéis visitar el belén municipal en la antigua iglesia de la Compañía de Jesús.
En esta ocasión vamos a dedicar el blog de turismo de hoy a esta entrañable tradición y a conocer un poco más de su origen y difusión.
En la Navidad de 1223, Francisco de Asís, religioso y fundador de la Orden Franciscana, pasaba por serias dificultades de supervivencia junto a sus religiosos. El señor feudal de Greccio (Italia) conocía esta situación y los invitó a celebrar la Navidad en sus tierras.
Francisco de Asís, para conmemorar el nacimiento de Jesucristo, decidió reproducir la escena bíblica con figuras en una cueva cercana a la ermita de Greccio incluyendo el buey y la mula. El escenario era sencillo y de pobreza, a semejanza –según ellos creían- del lugar en el que Jesucristo vino al mundo. Como si de un auténtico nacimiento se tratase, comenzó a llegar gente cantando temas religiosos y se concentraron en el lugar. Este Belén es considerado el primero de la historia.
Esta reproducción del nacimiento de Jesucristo se difundió por los conventos franciscanos de Italia.
El Belén en España
A finales del siglo XV ya había talleres en la península ibérica en los que se producían figuras. Documentado en el siglo XVI es el “Belén de Jesús”, de Palma de Mallorca, con sus figuras labradas hacia 1480, considerado el más antiguo de España. Pero no fue hasta la llegada al trono de España de Carlos VII de Nápoles –Carlos III de España (1759-1788)- en 1759, cuando alcanza su auge y esplendor, al promover la difusión de los belenes –tan habituales en la Italia en la que había estado- entre sus súbditos. María Amalia de Sajonia, su esposa, tuvo también mucho que ver en la popularización del Belén en el reino al instalar un nacimiento en el Palacio del Buen Retiro de Madrid, motivo por el que sería conocida con el sobrenombre de “la reina del Belén”. Adquirida la costumbre durante su reinado en Italia, Carlos III ordenó instalar un belén en el palacio, conociéndose dicho belén como el “Belén del Príncipe” –ya que fue instalado para su hijo -el futuro Carlos IV- cuando aún era niño. Al escultor valenciano José Esteve Bonet le encargó la creación de unas figuras que completasen las que él ya traía de Nápoles.
Los nobles, siempre queriendo emular al rey, tomaron esta costumbre convirtiéndola en moda que pasó luego a la burguesía, y, finalmente, gracias a que las figuras se pusieron al alcance económico de muchos bolsillos, al pueblo llano.
Autores como Martínez Montañés en
el siglo XVI, Luisa Roldán «La Roldana» en el siglo XVII,
contribuyeron con sus esculturas al auge que posteriormente tomaría la
instalación de belenes. Como anécdota de este siglo XVII, basta observar lo que
en el inventario de bienes de Lope de Vega, constan las figuras de un belén que
se ponía en su casa.
Destacar también al imaginero murciano Francisco
Salzillo (siglo XVIII) por sus aportaciones al belenismo en España. Un
monumental belén encargado por el Marqués de Riquelme que se conserva casi
completo en el Museo Salzillo de Murcia.
Los impulsores y artesanos más importantes de la historia del belenismo en España, desde el origen del belén hasta nuestros días, son, entre otros: Fray Eugenio de Torices, La Roldana, Carlos III, Francisco Salzillo , la escuela murciana, la escuela de Olot, la escuela granadina y la jerezana. Desde los primeros belenes españoles, la ejecución material de las figurillas tiene una tendencia especial, «la policromía» sobre madera o barro, empleándose lienzo en algunas de ellas como en la escuela murciana.
Actualmente existen muy buenos imagineros en España, como José Luís Mayo Lebrija, Martín Castells y Martí; los murcianos José Nicolás Almansa, los hermanos Griñán, Serrano, Guillén, Galán, Amo, Decorate y otros; en Granada tenemos a José Miranda y Jesús Jiménez continuador de la escuela barroca granadina de su abuelo Rada, y Jerez con Pedro Ramírez Pazos, un maestro cada vez más destacado en la realización de esculturas para el Belén.
Fuentes:
Concha Masia (2017). Anécdotas de la Historia.
José María Rebé Landa (2001). Belenes, experiencias de un belenista.
Donald Poto (2004). Francisco de Asís, el santo que quiso ser hombre.
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