‘Mista’ cede a Caravaca de la Cruz una pintura atribuida a Rafael Tegeo.

El ex futbolista caravaqueño Miguel Ángel Ferrer Martínez ‘Mista’ ha cedido al Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz un retrato de un caballero del siglo XIX atribuido al pintor Rafael Tegeo (Caravaca de la Cruz 1798-Madrid 1856).
El acto de cesión ha tenido lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, ante la pintura, y han participado el propietario de la obra, junto a sus familiares; el concejal de Cultura, Juan Manuel de León, y el alcalde de Caravaca, José Francisco García, quien ha agradecido la generosidad de ‘Mista’ al permitir que esta obra, de uno de los pintores fundamentales en la escena artística de la primera mitad del siglo XIX y de origen caravaqueño, pueda ser disfrutada por todos los vecinos, quedando depositada en la Casa Consistorial.

“Caravaca está en deuda con Miguel Ángel por muchas razones, porque ha sido uno de los mejores deportistas de la Región de Murcia, y porque su humildad y su cercanía con su ciudad natal le hacen estar siempre al servicio de ella”, ha expresado José Francisco García.

El alcalde de Caravaca ha recordado que, en los últimos tiempos, la obra de Rafael Tegeo, dispersa por la geografía internacional, ha sido revalorizada como la de uno de los grandes pintores del siglo XIX español, con obra suya expuesta en el Museo del Prado. Además, entre noviembre de 2018 y marzo de 2019, el Museo del Romanticismo le dedicó una exposición monográfica, que ha devuelto el lugar que merece al pintor nacido en Caravaca, en la calle que hoy lleva su nombre.

Por su parte, Miguel Ángel Ferrer ha declarado que “cuando tuve la oportunidad de adquirir una obra de este ilustre pintor caravaqueño no me lo pensé y ahora es mi deseo que pueda ser disfrutada por los vecinos”. “Toda mi familia nos sentimos muy agradecidos por la rápida respuesta del Ayuntamiento, que se ha mostrado muy interesado en que se formalizara esta cesión”, ha añadido el benefactor.

Fuente: Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz

Vida y obra de Rafael Tegeo (1798-1856)

Autorretrato (c. 1840)

El pintor caravaqueño Rafael Facundo Tegeo Díaz fue una destacada figura del panorama cultural de la primera mitad del siglo XIX, no sólo en la Región de Murcia, sino en el conjunto nacional. Con una obra que avanza desde el neoclasicismo al romanticismo, la calidad de sus trabajos le sirvió para ser nombrado director de la Academia de San Fernando y pintor honorario de cámara en la Corte de Isabel II.

Infancia y primeros pasos como artista

Rafael Tegeo nació en Caravaca de la Cruz en 1798, en la calle que hoy lleva su nombre. Hijo de una humilde familia de artesanos, su infancia no tuvo que ser nada fácil debido a las numerosas epidemias de los primeros años del siglo XIX y a los avatares de la Guerra de Independencia contra los franceses.

Dadas las tendencias que desde niño mostraba hacia la pintura, sus padres le enviaron con quince años a Murcia, a estudiar en la academia de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, bajo la protección del marqués de San Mamés y teniendo allí como mentor al escultor Santiago Baglietto.

Después, completaría su formación artística en Madrid en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde fue discípulo preferido del pintor clasicista José Aparicio, cuyo estilo fue seguido en un principio por el propio Tegeo. También se formaría con Fernando Brambilla, un pintor de vistas italiano afincado en España.

La Curación de Tobías (1824-1827)

Influencia italiana

Entre finales de 1822 y principios de 1823 marchó a Roma, sufriendo un naufragio en el Golfo de León del que pudo salvarse a costa de entregar toda su fortuna a unos marineros, llegando a la capital italiana con un frágil estado de salud y sin dinero.

La huella de este aprendizaje quedó patente en sus pinturas mitológicas y bíblicas: Magdalena en el desierto y La Curación de Tobías, de la que hablamos anteriormente en este mismo blog.

El reconocimiento de su obra

Regresó a Madrid en 1827, alcanzando un año después el grado de Académico de Mérito de la Academia de San Fernando con la presentación de la obra Lucha de Hércules y Anteo.

Lucha de Hércules y Anteo (1828)

En 1839 fue nombrado teniente director de pintura de la Academia de San Fernando. En 1841, a causa del pronunciamiento moderado en contra de Espartero, regresó a Caravaca de la Cruz y un año después sería nombrado director honorario de la Academia, pintando entonces en Cehegín el retrato de Magdalena Cuenca y Rubio.

En 1846 se le aceptó la renuncia al cargo que tenía en la Academia de San Fernando, muriendo en Madrid diez años más tarde, coincidiendo con la primera Exposición Nacional de las Artes en 1856.

Entre la mitología y el retrato

Rafael Tegeo se mostró muy interesado por temas del mundo antiguo, hasta el punto que en su producción se encuentran algunos claros ejemplos del Neoclasicismo.

Los cuadros enviados a las exposiciones de la Academia de San Fernando tratan generalmente de asuntos mitológicos. Sin embargo, en las exposiciones académicas también presentó temas religiosos y en 1839 concurrió incluso con un argumento típicamente romántico.

Pero lo que hizo que Rafael Tegeo adquiriese fama y reconocimiento fue su faceta de pintor de retratos. Pese a esta circunstancia, Rafael mostró un desigual interés por estas obras. En sus mejores obras se intuye tempranamente un cierto romanticismo.

Placa de la calle en recuerdo de Rafael Tegeo

Según algunos estudiosos de su trabajo, la frialdad de los colores empleados en sus óleos ha sido crítica frecuente en la obra de Rafael Tegeo. Sin embargo, estos mismos colores prestan elegancia y dan clima a estos retratos. En la pintura narrativa este colorido es el convencional, de tintes un tanto arbitrarios y locales.

La abundante serie de retratos que realizó Tegeo forma una galería de personajes que van desde los propios reyes, Isabel II (1853) y Francisco de Asís (1846), que le nombraron pintor honorario de cámara; a la aristocracia de la Corte, Duques de San Fernando (1832); figuras políticas; y la burguesía adinerada, El arquitecto Ayogui (1838).

Representa a los personajes de sus cuadros en actitudes dignas, con expresión contenida y mirada frontal, con carácter melancólico y profundidad psicológica, acentuado todo ello por fondos diluidos y el tratamiento de la indumentaria. Algunas de sus mejores creaciones serían Retrato de caballero y Dª Magdalena de Cuenca y Rubio.

 

 

 

 

FUENTES

CHACÓN JIMÉNEZ, F. (dir.), Historia de la Región Murcia, Ed. Mediterráneo, Murcia, vol. VIII, 1980, p. 385

museodelprado.es

regmurcia.com

LA CURACIÓN DE TOBÍAS

Una de las obras cumbres del siglo XIX se conserva dentro de los muros de nuestro castillo.

 

En la Basílica-Santuario de la Vera Cruz podéis ver esta joya del neoclasicismo.

Curación de Tobías

La historia que veis en este cuadro está tomada de la Biblia, es La curación de Tobías del autor caravaqueño Rafael Tejeo. A continuación te enseñamos el episodio bíblico de donde procede:

El anciano Tobit queda ciego al caerle en los ojos unos excrementos de ave. Tobías, el hijo de Tobit, vuelve a su casa para curar a su padre con el remedio que le ha dado el arcángel Rafael: un pez con el que podrá sanar su vista.

(Rafael) Estoy seguro de que tu padre recobrará la vista. Úntale en los ojos la hiel del pescado. Este remedio hará que las nubes se encojan y desaparezcan de sus ojos. (…)

Tobías, que tenía en la mano la hiel del pescado, se acercó a su padre y lo tomó de la mano. Entonces le sopló en los ojos, y le dijo:

—¡Ten confianza, padre!

En seguida le aplicó el remedio. Luego, con ambas manos, le desprendió las nubes de los extremos de los ojos. Recupera la vista.

Tobías 11, 7-12

Esta obra del Neoclasicismo podemos encontrarla hoy día en la Basílica de la Vera Cruz, en Caravaca. Fue donada por el propio Tejeo en 1827.

Hoy día y desde 2008 también conservamos otra imagen del artista: “Literato”. Este último puedes verlo en la Sala de cristal del ayuntamiento de la Ciudad de la Cruz.

 

Bibliografía