Una herencia griega en Caravaca: El Centauro de Los Royos

La escultura del Centauro de Los Royos.
La escultura del Centauro de Los Royos.

Borrachos, fuertes y violentos. Así son, en líneas generales, los seres mitológicos que conocemos con el nombre de centauros tal y como la tradición los ha descrito. Estas criaturas se suelen representar con aspecto de caballo de cintura para abajo, mientras que su cabeza y su torso son humanos.

Existen diferentes teorías sobre su origen. Según la mitología griega, los centauros son hijos de Ixión y la nube ninfa Néfele. En cambio, para otros pueblos Zeus fue el creador de esta especie al hacer el acto sexual con Día, la esposa de Ixión, transformado en caballo.

La leyenda de estos seres ha quedado plasmada en diversos documentos de la época clásica, así como en todo tipo de esculturas. Entre ellas, hay que destacar el Centauro de Los Royos. Esta figura helena, fabricada en cobre, se remonta a la primera mitad del siglo VI a.C. y fue hallada en Los Royos, una pedanía de Caravaca de la Cruz, por Eulogio Saavedra y Pérez Meca.

En 1897 el lorquino donó la pieza al Museo Arqueológico Nacional,  y en ese mismo año la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos dio a conocer este descubrimiento al resto del mundo. La figura, que mide 11’20 centímetros, es un testimonio vivo de las relaciones comerciales que existieron entre el pueblo íbero y el griego durante la Antigüedad.

En el siglo VI a.C. los íberos estaban asentados en el sur de la Península Ibérica y en la zona de lo que actualmente conocemos con el nombre de Caravaca de la Cruz. En concreto, el área de Los Royos era un lugar propicio para que este grupo se estableciese allí en pequeñas explotaciones agropecuarias, porque había numerosos nacimientos de agua y esto beneficiaba a la agricultura y a la ganadería.

En cuanto al análisis del Centauro de los Royos, cabe destacar que pudo ser un regalo para el príncipe o aristócrata que dominaba el territorio en aquella época. Destaca su barba de corte báquico, mientras que su cabello da sensación de movimiento y en su rostro se aprecia una pequeña sonrisa, algo curioso por el carácter huraño que suelen tener los centauros en sus representaciones.

 

 

Fuentes:

www.man.es

revistas.um.es

www.regmurcia.com

arte.laguia2000.com

www.elpensante.com