La 40 edición de las Cuadrillas de Barranda trae talleres de baile, monólogos, música y un espectáculo infantil

Cartel de la 40 edición de la Fiesta de las Cuadrillas de Barranda en 2018.
Cartel de la 40 edición de la Fiesta de las Cuadrillas de Barranda en 2018.

“Celebramos una fiesta que nos define como personas y pueblo, y es algo útil porque supone un momento de reencuentro y convivencia”. Así defienden los Aguilanderos de Barranda la Fiesta de las Cuadrillas de esta pedanía la razón de mantener vivo este festejo, que cumple 40 años y está declarado de interés turístico nacional, y que comienza mañana viernes, día 26 de enero, y finaliza el domingo 28.

Esta asociación cultural ha organizado las Cuadrillas con una programación que abarca talleres de música y baile, actuaciones musicales, monólogos, presentaciones de libros, gastronomía y actividades para niños.  Esta 40 edición destaca por sus talleres de iniciación al baile suelto tradicional y la percusión (pandereta y platillos) al estilo del Noroeste, que se realizarán el sábado, día 27 de enero, a partir de las 10 de la mañana en el Colegio Virgen de la Calendaria. Se enmarcan dentro de las jornadas sobre la cultura de la tradición oral.

Un total de 14 cuadrillas participarán este año en la festividad con los instrumentos más característicos de las Cuadrillas de Barranda: los de cuerda (guitarra, laúd, violín y bandurria), los de viento, como el clarinete de la Cuadrilla de Aledo y la flauta de los Animeros de Caravaca, y finalmente los de percusión (panderos y platillos).

Para comenzar la fiesta, se hará mañana viernes una presentación a las 18:30 en el Museo de la Música Étnica. Además, se realizará la XVI edición del Curso Folklore y Escuela: ‘La aventura de ver y oír’, dirigido por Alonso Palacios, para enseñar a los profesores la cultura de tradición oral.

Un momento de la Fiesta de las Cuadrillas de Barranda/ Marina Campoy.
Un momento de la Fiesta de las Cuadrillas de Barranda/ Marina Campoy.

Después tendrá lugar la Chana Teatro: ‘El Llano en llamas I’, que se focaliza en historias acerca de la dura vida del campo, y el monólogo de Quico Cadaval, ‘El complejo de Edipo’, que versa sobre las historias populares de Galicia. Cadaval es un narrador y artista que participó en el programa de Operación Triunfo en Portugal como profesor de interpretación.

Asimismo, la fiesta nocturna será otra protagonista de las Cuadrillas, puesto que el viernes y el sábado habrá actuaciones musicales en el Centro Cultural Pepe Salcedo de Barranda a partir de las 23 horas, y las entradas ya están a la venta. Zagala y Mayalde actuarán el viernes, mientras que  Azarbe y Eliseo Parra y Las Piojas lo harán el sábado, día 27 de enero.  Los niños disfrutarán el sábado de un espectáculo musical,‘La madre que parió a la música’ , que los divertirá en el pabellón del Colegio de la Virgen de la Candelaria de la pedanía a las 17:30 horas.

La música y los bailes tradicionales de las Cuadrillas/ Marina Campoy.
La música y los bailes tradicionales de las Cuadrillas/ Marina Campoy.

Por otro lado, la literatura y la gastronomía tendrán su espacio en la programación. Se presentarán los libros de Manuel Sánchez, Pedro Leandro, Jorge García Rojas Dragón y Jesús López. El domingo, 28 de enero, se abrirá el mercado de tradiciones campesinas desde las 10:30 hasta las 21 horas con diversos productos de la zona, como embutidos, miel, pan, carnes a la brasa, dulces y migas. Las cuadrillas llenarán  las calles de Barranda de música y bailes tradicionales a partir de las 11:30 horas.

Para concluir, hay que destacar que la Fiesta de las Cuadrillas de Barranda nació en 1979 de la mano del párroco de la época, Ramón García, y el maestro Jesús María García. La popularidad del festejo se disparó gracias al apoyo de la Comunidad Autónoma de Murcia y del Ayuntamiento de Caravaca. En 1999 fue declarada de interés turístico regional y en 2011, de interés turístico nacional. Recientemente ha sido galardonada en los I Premios de la Música de la Región de Murcia dentro de la categoría ‘Mejor trabajo de difusión de la Música Tradicional’.

¿Qué pasaría si juntáramos las jotas y seguidillas castellanas con la música rural estadounidense? La respuesta la tienes en Barranda

     Este sábado, 25 de agosto, a las 22.00 horas “Los Hermanos Cubero” cierran los conciertos “A la luna de Barranda” del Museo de la Música Étnica. La entrada será gratuita.

     Os dejamos esta fantástica crítca de Fernando Iñiguez sobre la original música de “Los Hermanos Cubero” y os esperamos en Barranda.

     ¿Qué pasaría si juntáramos las jotas y seguidillas castellanas, con la música rural estadounidense? La respuesta podrían darla Enrique y Roberto Ruiz Cubero, conocidos artísticamente como Los Hermanos Cubero.

     Hermanando de manera natural, desinhibida y acaso también ingenua, la música de su tierra alcarreña con el bluegrass americano, Los Hermanos Cubero han inventado, posiblemente, un sonido nuevo con el que están dando mucho que hablar en los últimos tiempos en la escena del folk con denominación de origen ibérico. Un mundo a veces reticente cuando parece que alguien trastoca la esencias de la “música tradicional”, de raíz ibérica, inspiración popular y transmisión oral.

     El eco musical popular de la Alcarria, de donde ellos proceden, se alía con el bluegrass de Kentucky, cuna de uno de los artistas que más reconocen que ha influido en su música, el mandolinista Bill Monroe, al vez el inventor, o al menos uno de los pioneros que más difundió ese género, el bluegrass, en los años 30 y 40 del siglo pasado.

     El otro pilar que sustenta el sonido de Los Hermanos Cubero se encuentra en la influencia del folklorista segoviano Agapito Marazuela que, con la dulzaina y tamboril castellanos, rescató a finales de la dictadura franquista las músicas tradicionales españolas de las garras de la Sección Femenina y Coros y Danzas que la llenaron de tópicos y que la habían condenado al recurrente concepto del “Tipical Spanish”.

     En esa misión están Los Hermanos Cubero. Hace tiempo que en la escena del folk ibérico no aparece un grupo capaz de hacer eso que los expertos denominan crossover, es decir, “dar el salto de su circuito habitual y público natural, para captar y gustar a otras audiencias ajenas al mundo del folk y la música tradicional”. Los Hermanos Cubero tal vez puedan ser ese revulsivo. Ellos mismos lo anticipan en una de sus canciones con la frase “gustaremos hasta a los modernos de Madrid”.

     En esa escena del folk ya les conocen mucho, no en vano, al 2010 recibieron el primer premio “Agapito Marazuela” en el apartado “Nueva Creación del Folklore”, acaso el máximo y más importante galardón que se otorga en España a las músicas de inspiración tradicional.

     Les gusta denominarse “Cordaineros”, un concepto bautizado por ellos mismos como respuesta a los dulzaineros, que tocan la dulzaina. Porque lo suyo es, además de una voz, nada más que una mandolina, y una guitarra, es decir, “14 cuerdas de acero”, como también dicen en otra de sus canciones. La mandolina ejecuta las melodías de la dulzaina, y la guitarra marca el ritmo del tamboril: ese es el hallazgo de su música transformada.

     Cuando no recrean composiciones tradicionales, sus letras remiten a la ingenuidad de la cultura popular. Tienen la misma forma de cantar al campo, a la luna, a los ríos, a los amores anhelados… que cualquier countryman norteamericano, pero hablando del Henares en lugar del Río Ohio; de jaras, guijos, encinas, olivos, trigales y enebros en vez de campos de maíz y algodón; de mieleros, corregidores y molineras en lugar de sheriff y chicas de rodeo. O del sistema Ibérico como vía de comunicación, igual que un yanqui haría referencia a la celebre Ruta 66, esa autopista que recorre tantos estados estadounidenses de sur a norte. Un solo disco en el mercado, “Cordaineros de la Alcarria”, y un montón de actuaciones por diversos festivales y encuentros del folk ibérico están empezando a convertirlos en lo que puede ser una leyenda o, al final, otro intento fallido que se topa con orejas prejuiciosas, y que por ello se queden a las puertas del mainstream.

    Son los hijos bastardos de Bill Monroe y Agapito Marazuela, un maridaje perfecto donde nada chirría, donde todo suena con naturalidad sin recordar para nada a otras fusiones recientes entre músicas de latitudes alejadas, fruto de productores megalómanos.