12 cosas sobre la torre de ‘El Salvador’ que no sabías (o las sabías pero se te han olvidado).

12 cosas sobre la torre de ‘El Salvador’ que no sabías (o las sabías pero se te han olvidado).

A nadie sorprendemos si afirmamos que la parroquial de El Salvador de Caravaca es la joya del Renacimiento arquitectónico murciano. La arciprestal fue el templo más ambicioso de la Encomienda de Santiago caravaqueña, y su construcción estuvo salpicada de avatares que condujeron a un edificio inconcluso, pero sin duda formidable, y la más esplendorosa de las iglesias columnarias de la Región de Murcia.

Parte indivisible del templo y protagonista del paisaje patrimonial de Caravaca es su torre. Una imponente construcción que tuvo incluso historia propia, no exenta de anécdotas y dificultades, pero siempre poderoso campanario cuyo sonido alcanza hasta el último rincón de la ciudad. Como pequeño homenaje a tan insigne símbolo caravaqueño, os presentamos 12 datos sobre nuestra torre de El Salvador que no dejan de ser curiosos:

  1. Su construcción se prolongó más de dos siglos. En rigor, se comenzó en el XVI y se remató en el XVIII.

  1. El proyecto de torre, como el de la iglesia, fue demasiado ambicioso, y el último cuerpo (campanario) se acabó con unas proporciones más reducidas y en mampostería en lugar de sillares. De hecho, el aspecto actual del campanario es relativamente reciente, del año 1978.

  1. En su construcción intervino nada menos que Jorge Manuel Theotocópuli, hijo del universal pintor Doménico Theotocópuli “El Greco”. Además de seguir la estela de su padre en la pintura, Jorge Manuel también fue arquitecto. Y en efecto, visitó Caravaca.

  1. Fue a la vez campanario y cárcel eclesiástica.

  1. Hay múltiples inscripciones de presos grabadas en el interior de los muros. También un impresionante testimonio inscrito en una antiquísima puerta de madera interior que dice “Aquí estuvo preso Alonso Llamas y Robles 3 años”. La recia puerta de madera correspondía a una mazmorra de la torre.
  1. Es imposible contemplar el primer cuerpo de la torre. Está imbricado en el templo, en la sacristía mayor.

  1. En el segundo cuerpo hay una estancia cubierta por una bóveda elipsoidal, también llamada “bóveda murciana”. La misma que se puede ver en la Capilla de Junterón de la Catedral de Murcia.

  1. Es el único sitio de la ciudad desde el que se puede ver la Basílica con su amurallado y la Plaza del Arco al mismo tiempo.
  1. La campana mayor, llamada “María de los Dolores”, data de 1780 y pesa en torno a 1272 kilos.

  1. El campanero Blas Ferrer, que ejerció en El Salvador de 1817 a 1850 escribió un auténtico manual de toques de campana en el que describía minuciosamente los diferentes toques de campana que existían, sus significados y épocas del año correctas para llevarlos a cabo. Prohibía rigurosamente repicar las campanas “cuando la tormenta se sitúe sobre la torre”, por peligro de atraer rayos y las calamidades que ello conlleva.

  1. Hace muchos años le creció una higuera en una cornisa que hizo peligrar la estructura de toda la torre, por lo que hubo de retirarla. Décadas después, la higuera ha regresado.

  1. Ya falta menos para que la Torre de El Salvador pueda abrirse al público y vuelva a ser visitable, para disfrutar de las increíbles vistas que ofrece.
Peregrinar en tiempos de Frontera

Peregrinar en tiempos de Frontera

Recién iniciado el Año Jubilar 2024, los Caminos de la Cruz de Caravaca empiezan a poblarse de piernas inquietas, espaldas cargadas con equipaje, y miradas puestas en la Basílica Santuario; objetivo final de un viaje de fe, búsqueda y encuentro. Los caminos son transitables, unos más duros que otros, pero todos señalizados y en buen estado, con alojamientos, pueblos y villas por los que pasar y descansar, acudir a sus lugares de interés…

Sin embargo, no siempre peregrinar a Caravaca de la Cruz fue tan seguro y relativamente cómodo. Hubo un tiempo pretérito en que echarse a los caminos a peregrinar a un lugar santo suponía poco menos que jugarse el pellejo cada día y cada noche, pues la realidad geográfica y política era bien diferente en aquella época.

Peregrino, cuídate de los sarracenos en el camino…”

Las primeras indulgencias concedidas por la adoración de la Vera Cruz de Caravaca las encontramos a finales del siglo XIV, otorgadas por Clemente VII (El antipapa de Avignon, ¡casi nada!), por peregrinar a Caravaca en determinados día señalados con festividades religiosas.

Los problemas con los que se topaban los peregrinos eran, por un lado los esperables (caminos abruptos, inclemencias meteorológicas, y tener que dormir al raso muchas veces), y los imponderables (asalto de bandidos, fauna hostil…). Pero principalmente, el mayor peligro que acechaba a los caminantes era la condición de Caravaca como frontera con la Granada musulmana.

El infante don Alfonso, futuro Alfonso X El Sabio, conquista la taifa de Murcia firmando el Tratado de Alcaraz con los herederos del emir Ibn Hud en 1243. Partiendo de ese momento, los límites territoriales del Reino de Murcia van a mutar, quedando nuestra Caravaca en las cercanías de la frontera granadina, a unas leguas de la “terra nullius”, tan peligrosa como impredecible.

Como podremos imaginar, el peregrino que marchaba camino a Caravaca debía andar con mil ojos y desempeñarse bien con su bordón, pues las algaras y razias granadinas eran pan de diario, y a poco que la mala fortuna le golpease y la astucia le fallara, podía acabar cautivo y esclavo de algún sayid, o a bordo de un barco camino a los mercados de personas de Argel. La frontera era un lugar hostigado y tensionado, donde uno podía prosperar practicando el contrabando y las incursiones a poblaciones cercanas a ambos lados de la línea, cobrándose buenos botines; fue la época de los caballeros de cuantía, que no eran nobles pero sí lo bastante adinerados para costearse caballo y armas con los que cabalgar contra los moros y obtener más riqueza. Y en mitad de todo, como es tristemente habitual, las personas corrientes que nada saben de la guerra pero sí la pagan con su sangre.

En tal situación, era importantísimo viajar en grupo, jamás en solitario, pues el grupo es fuerte, y el individuo presa fácil. Y desde luego, confiar en que las Ordenes Militares mantuvieran férrea vigilancia de los caminos. No fue hasta la toma de Granada en 1492 cuando la franja fronteriza comienza a difuminarse, las cabalgadas a disminuir, y finalmente los caminos a hacerse más seguros de recorrer.

Y al final del camino… la Cruz”

Hoy en día, acabamos nuestra jornada peregrina, acudimos a nuestro alojamiento, tomamos una ducha, un refrigerio, y reposamos los pies. En tiempos antiguos el cariz era bien diferente. Un importante número de fieles llegaba a Caravaca en un estado de salud lamentable, afectados por enfermedades, heridas infectadas, lesiones, o estragos propios de la edad. Para ellos y para los menesterosos, se levantaron los hospitales que se situaban en las entradas a Caravaca, como lo fueron los hospitales de la Concepción y San Juan de Letrán (junto a la iglesia de la Concepción), que hallaban quienes venían del Camino Real de Granada, y el hospital viejo que se encontraba donde hoy se alza la imponente parroquia de El Salvador, cruce de caminos desde Moratalla y Murcia. En estos hospitales se daba atención a los maltrechos peregrinos, cuidados médicos, o consuelo espiritual a quienes se preparaban para encontrarse con Dios.

Los peregrinos que se reponían, eran los que concurrían “…en gran número…” a la capilla de la Vera Cruz de Caravaca en el Castillo, más adelante Santuario, con la esperanza de ver sus esfuerzos y penurias recompensadas, y contemplar la Santísima y Vera Cruz de Caravaca; a mayor fortuna, retocar con ella sus dijes o cruces para llevarlas pendidas del cuello y sentir la protección y bendición del Lignum Crucis.

Peregrinar puede ser un acto de Fe o de contemplación, pero siempre implica sacrificio y esfuerzo físico. Por muy cuesta arriba que se nos haga el Camino y más adversidades que enfrentemos en él, aún debemos recordar que hace 700 años ya se peregrinaba, sin caminos aplanados y sí mucha sandalia; sin comodidades modernas y sí grandes dificultades; y el gran premio era llegar.

Disfrutemos del camino. Creamos en lo extraordinario.

La dulce Navidad de Caravaca

La dulce Navidad de Caravaca

La Navidad trae cada año un buen puñado de costumbres y tradiciones que se reproducen, casi al unísono y tal como si nos hubiésemos puesto de acuerdo en uno de esos pantagruélicos grupos de Whatsapp, en prácticamente todos los puntos de la Región de Murcia. Montar el muy murciano belén; elaborar los clásicos licores invernales licorcafé, vino de nueces, mistela, que se preparan en los meses previos; la desenfrenada carrera por las tiendas aprovisionándonos de las codiciadas gambas o la pierna de cordero o cabrito, y el caldico con pelota para cuando el sistema digestivo pida cuartel. Y desde luego, no pueden faltar los tradicionales dulces de pascuas de los cuales en nuestro Noroeste y nuestra Caravaca de la Cruz contamos con una buena panoplia, para regocijo de golosos grandes y chicos.

La inconfundible raíz árabe del dulce navideño murciano

El origen más primigenio del dulce de navidad, sin ser un consenso absoluto, nos remite a una celebración del solsticio de invierno, evento a partir del cual las horas de luz se prolongan en el día, recibiendo los hogares tal suceso astronómico con la degustación de dulces elaborados con trigo.

Más cercano a nuestro tiempo, está el origen religioso, el mandato de tomar menos carne y sustituirlo por sencillas elaboraciones de trigo y azúcar que se asemejan al cuerpo de Cristo.

En la Región de Murcia, dada la secular presencia de musulmanes y linde con los reinos nazaríes, hemos heredado algunas de las producciones reposteras árabes con las que culminamos las comidas navideñas y de las que, como si de un estricto protocolo se tratase, apenas hallamos rastro alguno fuera de esta época. Tales dulces tienen como ingredientes básicos la almendra, introducida en la Península por los musulmanes, y la miel, muy popular en la repostería árabe. Así, contamos con el muy caravaqueño alfajor, un imprescindible en toda mesa, de trabajosa elaboración pero dulcísimo sabor. Un pasta compuesta por la mencionada almendra y miel, con variaciones de cada casa como canela, ralladura de limón, anís… aplanada entre dos grandes obleas que presentan, tradicionalmente, la Cruz de Caravaca. No en vano nuestra ciudad ha sido una gran productora de obleas desde generaciones atrás, haciéndose muy populares en toda la Comarca del Noroeste.

Otro dulce de Navidad presente en nuestros hogares es el cordial, pequeño y humilde bocado de almendra y azúcar sobre una base de, una vez más, la sempiterna oblea de Caravaca.

Más propio de las latitudes septentrionales del Noroeste, pero muy consumido y demandado en Caravaca, es el exquisito mazapán, del cual se dice, alimentaba a las tropas musulmanas en la famosa batalla de las Navas de Tolosa. Es este un postre saciante y contundente, de nuevo de clara génesis árabe, habida cuenta de sus clásicos ingredientes almendra y miel.

¡No eres verdadero cristiano si no comes este dulce!”

Aunque parezca un cuento, había ciertos dulces de navidad que preferiblemente debían comerse en público u ofrecerlos a las visitas para demostrar la propia y franca cristiandad. Y esto era así por un motivo muy sencillo: entre sus ingredientes se contaba la manteca de cerdo; empleada por los cristianos, prohibidísima a los musulmanes. En este sentido, un clásico postre de pascuas es el mantecado, hecho con huevos, canela, azúcar, y la citada manteca. En nuestra tierra es muy común hallarlos en forma de corazón o estrella. Sin olvidar el popular manchego espolvoreado con azúcar glas.

Los muy de aquí, muy nuestros

Ya os hemos hablado del tradicional alfajor caravaqueño, pero esta travesía por la repostería de pascuas no quedaría completa sin las exquisitas yemas de Caravaca, el dulce enseña de nuestra localidad y cuya tradición se remonta varios siglos. Este producto, cuya receta propia se atesora celosamente en cada obrador, tiene como fundamento la yema de huevo y el azúcar, mezclados en una textura cremosa y recubierta de chocolate o caramelo sólidos. Un auténtico espectáculo para las papilas gustativas, y no podrás comer solamente una.

Estos son los dulces de Navidad más típicos de Caravaca y alrededores, pero desde luego no faltan los turrones, los bombones, los polvorones, y demás eternos de la bandeja de dulces en casa de los abuelos.

Os gusten más los dulces o los salados, ¡feliz Navidad y mejor año entrante!

Embelleciendo la ciudad de la Cruz

Embelleciendo la ciudad de la Cruz

Caravaca de la Cruz se suma a la moda del street art con un nuevo recurso turístico, un mural de gran formato situado en el barranco de San Jerónimo. El Ayuntamiento continúa desarrollando su objetivo de dignificar espacios y rincones de la ciudad a través de dicho arte urbano. Se trata de una iniciativa incluida en el Plan de Sostenibilidad Turística “Camino a Caravaca 2024”, integrado por una veintena de actuaciones con los que el municipio se prepara para el próximo año jubilar.

El autor de esta obra es el lucense Diego Anido Seijas, conocido artísticamente como Diego As. Es actualmente uno de los artistas urbanos con mayor proyección internacional. Su especialidad es el realismo de sus obras y gracias a ello la plataforma Street Art Cities le otorgó en 2021 el premio “Mejor Grafiti del Mundo” por la obra dedicada a Julio César en la ciudad de Lugo, hecho que implicó el punto de inflexión en su carrera. A partir de ahí ha realizado destacadas intervenciones en ciudades como Oviedo, Málaga, Madrid, Barcelona o Granada.

Diego As ha señalado que la intención de dicha obra es “salir de lo convencional para sorprender al caminante”, ya que se trata de un gran mural que pretende dar la bienvenida a los peregrinos que accedan a la ciudad a pie o en bicicleta por el Barranco de San Jerónimo, donde confluyen los caminos de peregrinación de la Cruz. Además, el lugar escogido está muy próximo al futuro Centro de Recepción de Visitantes.

Autor explicando su obra

La obra, realizada con pintura plástica y espray, hace alusión a la leyenda de la Aparición de la Vera Cruz, representa y tiene como protagonista a un ángel querubín protegiendo el camino hacia la Basílica de la Cruz de Caravaca, adornado con un fondo de nubes celestiales donde se aprecia un segundo querubín acompañando a la Vera Cruz.

Fuentes:

https://diegoas.com

www.elprogreso.es

www.laverdad.es

www.laopiniondemurcia.es

CONOCIENDO NUESTRO CALLEJERO (I)

CONOCIENDO NUESTRO CALLEJERO (I)

Calle poeta Ibáñez

En esta ocasión vamos a dedicar el blog de turismo a conocer un poco mejor el callejero de nuestra ciudad y su historia. Prosiguiendo con la práctica iniciada en el último cuarto del siglo XIX de nominar calles con el nombre de un personaje ilustre, local o nacional, se le puso en su día el nombre de un poeta caravaqueño cuya relevancia local en tiempos no muy lejanos fue grande a una de las calles más importantes de entonces. Me refiero a Juan José Ibáñez Cánovas, el poeta Ibáñez (1869-1920).

Esta arteria urbana tiene uno de sus puntos de arranque en la conocida como “botica de las columnas”, que como su nombre indica es un lugar que tiene columnas (tres concretamente: la central, que hace de parteluz a la entrada, y dos empotradas)

y donde hace tiempo hubo una botica (la de D. Cayetano Laborda Rodríguez), en la confluencia de las calles Canalejas y esta que nos ocupa de Poeta Ibáñez.

La vía en cuestión comunica con la calle Canalejas, a través de la cual podemos llegar a la caballista plaza de los Caballos del Vino (popularmente conocida como “plaza del Hoyo”), donde cada tarde del 1 de mayo tiene lugar el conocido concurso del Caballo a Pelo, un concurso de morfología equina; comunica también con la otrora vía principal de la ciudad, la calle Mayor, a través de la cuesta de Don Álvaro; por la calle Ballesta, llegamos a la placeta del Santo donde se erige la ermita de San Sebastián, el templo más antiguo del casco urbano que atesora unas pinturas tardogóticas de gran valor, lugar asimismo donde “duermen” los gigantes y cabezudos que salen en las fiestas patronales y sede de una de las bandas de música de la localidad: desde esta plaza también se llega a la calle Mayor a través de la cuesta de los Poyos (nombre que proviene de sus muchos poyos (peldaños, escalones; del lat. pódium). Por último, la calle Poeta Ibáñez termina en el otro de sus extremos, cual río que en su desembocadura se ensancha, en la plaza San Juan de la Cruz.

En tiempos formó parte de uno de los ejes vertebradores de la ciudad (calle de las Monjas – pza. Del Arco / calles Mayor – Rafael Tejeo / calles Gregorio Javier – Vidrieras – Canalejas – Poeta Ibáñez), siendo, como ya se ha dicho, una de las calles principales.

De D. Fernando a Poeta Ibáñez

Desde finales del siglo XVI a la calle en cuestión se la denominó Don Fernando, abreviación del nombre popularizado de D. Fernando de Robles Miñarro. En 1925 se produjo oficialmente el cambio de nombre de D. Fernando de Robles Miñarro al de Poeta Ibáñez.

¿Quién fue el poeta Ibáñez?

Juan José Ibáñez Cánovas, que era su nombre completo, nació en 1869 y murió en la noche del sábado 24 de enero de 1920, a los 51 años de edad. Don Francisco del Moral y Luna, en un artículo que fecha en Madrid y que titula “¡Ha muerto el Ingenioso Hidalgo de Caravaca!”, invita al alcalde de dicha localidad a que considere la oportunidad de dedicarle una calle de la ciudad, cosa que como ya hemos referido ocurrió en 1925.

Don Juan José fue poeta, militar de profesión (con grado de teniente), oficial en el Registro de la Propiedad y periodista vocacional. Sabemos de él que era hijo de Miguel y Asunción y que contrajo nupcias con Isabel Fernández.

Aunque su obra, de claro corte romántico, no destaca más allá del ámbito local, fue persona muy querida, y participó muy activamente en la vida cultural y festera de la Caravaca de su tiempo. Prueba de ello son los periódicos en los que participó en su promoción, sostenimiento y redacción como “Argos”, “La Luz” (sustituido después por “La Luz de la Comarca”) y “El Siglo Nuevo”. Promovió asimismo certámenes literarios con motivo del centenario del Quijote y de las fiestas patronales, fiestas para las que hizo un parlamento en 1916 y en las que fue el introductor de la Retreta, que era un festejo que tenía lugar durante las primeras horas de la noche de cada cuatro de mayo y que se parecía mucho al murciano Entierro de la Sardina. Consistía dicho festejo en una cabalgata nocturna de carrozas tiradas por bueyes o mulas que transportaban seres mitológicos de cartón piedra, y desde las cuales sus tripulantes arrojaban caramelos y pequeños juguetes de cartón y barro así como miles de “pitos” de madera por los que pugnaba la muchedumbre situada a lo largo del recorrido. Las carrozas iban escoltadas por bandas de música y decenas de bengaleros y chisperos que iluminaban la noche creando así un ambiente mágico dado que la iluminación callejera de la época era muchísimo menor que la actual .

La primera noticia escrita de la Retreta data de 1910. Desde este año hasta más o menos la dictadura de Primo de Rivera se celebra el festejo. A partir de entonces deja de celebrarse y no reaparece hasta 1950. Desde esta fecha vuelve a celebrarse hasta 1959 que se produce la llamada Renovación de las fiestas. De hecho, en la revista-programa de las fiestas de 1960 ya no aparece la celebración de la Retreta, siendo sustituida por la Gran Parada de Moros y Cristianos que en la actualidad se sigue celebrando.

Obra del poeta Ibáñez

El legado literario del poeta Ibáñez lo constituye:

  • La hija del emigrante, monólogo dramático en un acto y en verso que se estrenó en el teatro Thuillier el 26 de mayo de 1912.
  • La Violeta, pequeña colección de poesías.
  • Prosa y Verso, colección de artículos y poesías.
  • La Cruz de Caravaca y el nuevo parlamento, dos poesías (se trata del popular poema, en 24 quintillas, que empieza “Sobre un blanco montecillo…” y un parlamento que se estrenó en las fiestas patronales un 3 de mayo de 1916.
  • Los sobrinos de su tío, diálogo festivo que se estrenó en el teatro Thuillier.
  • El Vals de la Retreta, una revista musical.

Terminaremos este texto con la primera quintilla de uno de sus poemas más populares:

Sobre un blanco montecillo

que su silueta destaca,

frente a un poblado sencillo,

se alza el célebre castillo

de la Cruz de Caravaca.

Desde ahora en adelante, cada vez que paséis por esta calle, podéis recordar algo de este ilustre poeta local que tanto significó en la Caravaca de otros tiempos, de ahí que se le dedicase la calle.

Fuentes:

  • Crespo, Antonio: Escritores murcianos en la penumbra. Revista Murgetana. MU-2007.
  • Jesús Montoya Martínez: Homenaje al profesor Muñoz Cortes, Vol. 1, 1977.
  • Francisco Martínez Mirete: El poeta Ibáñez, una vida al servicio de su patria y de su pueblo. Revista de Fiestas, 1982.
  • Indalecio Pozo Martínez y Daniel Pozo Muñoz: Caravaca en la Primera Mitad del siglo XX. MVRGETANA. Número 135, Año LXVII, 2016.
  • Ricardo Montes Bernárdez: Origen e historia de las fiestas de Moros y Cristianos en la región de Murcia. Náyades, 2021-7.
  • www.historiasiglo20.org
  • www.elnoroestedigital.com
  • www.regmurcia.com
  • www.dle.rae.es
  • books.google.es
  • www.google.com/maps

2020: UN AÑO DE LUCES Y SOMBRAS

2020: UN AÑO DE LUCES Y SOMBRAS

Este año de 2020 que acaba de finalizar pasará a los anales como un año aciago marcado por la pandemia del Covid-19. A los enfermos y muertos de la pandemia hay que sumar una grave crisis económica resultante de ésta, la incertidumbre de estos tiempos, el miedo a viajar, eso cuando no la imposibilidad de hacerlo por las severas medidas restrictivas a la movilidad que se han decretado debido a esta emergencia sanitaria. Todo lo cual hace que este año pasado sea para el turismo un año desolador. Pero no todo ha sido malo para Caravaca de la Cruz. Algunas cosas buenas ha traido este año ya periclitado. Citemos tres que van a perdurar en el tiempo:

1) El 16 de diciembre de 2020 será recordado con júbilo como el día en que los Caballos del Vino fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en su 15º Comité. No cabe aquí sino el agradecimiento a todas aquellas personas e instituciones que han hecho posible esta distinción.

Cartel conmemorativo de la declaración de los Caballos Del Vino como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, obra del reconocido artista Nicolás De Maya.

2) El 20 de diciembre de 2020 comparecieron en la iglesia de San José el alcalde de Caravaca de la Cruz, José Francisco García, y el presidente de la CC. AA. de la Región de Murcia, Fernando López Miras, para informar que la Comunidad Autónoma había adquirido el antiguo convento de Carmelitas Descalzas y la iglesia de San José, emblemático conjunto arquitectónico que ha estado en manos privadas y que, por primera vez, pasa a ser de titularidad pública. En esa comparecencia también se esbozaron numerosos proyectos relacionados con el inmueble que a buen seguro, si llegan a buen puerto, harán de este edificio un referente no solo regional sino incluso nacional.

3) Por último, a finales del pasado año se comenzó la rehabilitación de la que se considera fue la casa, a la sazón en estado ruinoso, donde San Juan de la Cruz se hospedó en sus visitas a Caravaca de la Cruz. Las obras, financiadas por la familia propietaria, han sido llevadas a cabo bajo la dirección del arquitecto Luis Martínez-Carrasco.

Escultura de San Juan de la Cruz en la plaza que lleva su nombre, obra de Rafael Pi Belda

Como hemos visto, no todo ha sido malo en este pasado año. Algunas cosas buenas ha deparado que, a buen seguro, perdurarán en el tiempo más allá de este fatídico 2020.

El más largo de los ríos caravaqueños

El más largo de los ríos caravaqueños

Dos son los ríos que recorren el territorio caravaqueño, a saber: el Argos (que nace en la confluencia de varias ramblas a las afueras de la pedanía de Archivel y que recorre 42 kilómetros hasta desembocar en el río Segura) y el Quípar (que nace en la pedanía de La Junquera y que tras recorrer 70 kilómetros desemboca también en el río Segura). A este último, al Quípar, el más largo de los ríos caravaqueños, vamos a dedicar en esta ocasión nuestro blog de turismo dado que es un recurso de interés, entre otros, también turístico.

El río Quípar, cuyo nombre procede del árabe Al Quipir, es un pequeño río, afluente del Segura por su margen derecha, que discurre en su totalidad por territorio de murciano y que atraviesa los municipios de Caravaca de la Cruz, Cehegín y Calasparra.

El río nace en la zona meridional del municipio de Caravaca de la Cruz, en las proximidades de la pedanía caravaqueña de La Junquera, a 950 metros de altitud, donde se le unen diversas ramblas y arroyos, tales como la rambla de Tarragoya, el barranco de La Junquera o el barranco Munueras, recogiendo las aguas de la vertiente sureste del Macizo de Revolcadores (perteneciente éste a Moratalla), la Sierra de Mojantes o las sierras del sur del término de Caravaca de la Cruz.

Pedanía caravaqueña de La Junquera

Ya próximo al núcleo urbano principal del municipio, en las proximidades de la Sierra de las Cabras, recorre el denominado estrecho de la Encarnación, un paraje de especial belleza natural e interés arqueológico.

Discurre posteriormente por el término municipal de Cehegín, paralelo al río Argos. Durante su recorrido por este municipio bordea los restos arqueológicos de Al Quipir, y unos kilómetros más adelante los de la ciudad visigoda de Begastri.

Atraviesa luego las antiguas minas de Gilico, ya en Calasparra, y unos kilómetros aguas abajo llega al embalse de Alfonso XIII. Finalmente desemboca en el río Segura justo antes del Cañón de Almadenes, impresionante cañón por el que discurre el Segura al cruzar las estribaciones de la Sierra del Molino, entre los municipios de Calasparra y Cieza.

Cañón de los Almadenes

A lo largo de su recorrido observamos una vegetación de ribera dominada por tarays, juncales y cañaverales que en algunos casos se acompañan de adelfas. En el tramo medio del río la vegetación de ribera la constituye una importante alameda, aunque más importante es la olmeda localizada en el tramo alto.

La desembocadura del Quípar en el río Segura esta embalsada, constituyendo uno de los embalses más importantes de toda la Región de Murcia, llamado Quípar o Alfonso XIII. En las zonas lagunares de este embalse predomina un denso tarayal con ejemplares de gran porte (hasta 2 metros de altura). Se trata de uno de los tarayales mejor conservados de la Región de Murcia.

Por otro lado, la fauna acuática que habita y descansa en estas aguas durante los pasos migratorios confiere un importante valor a la zona que ha sido declarada ZEPA. Algunas de estas especies son la garceta, la cigüeñuela y el martinete, todas ellas prioritarias según el Anexo I de la Directiva Aves.

Además, este ecosistema acuático alberga grandes cantidades de anátidas y fochas y constituye una de las áreas mayoritarias de invernada del cormorán grande.

Fuentes:

https://es.wikipedia.org

http://www.murcianatural.carm.es

http://www.regmurcia.com

https://www.murcia.com

http://patrimonionaturaldemurcia.blogspot.com

http://mivikyyyo.blogspot.com

http://medinatea.blogspot.com

La Calle Caravaca en la ciudad de Madrid

La Calle Caravaca en la ciudad de Madrid

Hoy vamos a dedicar nuestro blog de turismo a una curiosidad que muestra el gran conocimiento que se tuvo ya en tiempos de la Cruz de Caravaca. En esta ocasión nos referiremos a la presencia de su nombre en el callejero de la capital del Reino.

En uno de los barrios más castizos de Madrid encontramos esta calle denominada hasta el siglo XIX «de la Cruz de Caravaca».

La calle de Caravaca se encuentra entre la calle de Lavapiés y la calle del Mesón de Paredes, en el  Distrito 1 (Centro) – Barrio de los Embajadores.

Calle Caravaca intersección con calle Lavapiés

Tardó en formarse esta calle, que no aparece en el plano de Texeira y de la que empieza a tenerse noticia ya entrado el siglo XVIII, pero con el nombre de Cruz de Caravaca.

Se debe el nombre a la presencia de una cruz de brazos dobles o cruz de Caravaca en la zona, perteneciente a una capillita vecina a la gran finca que el cardenal Zapata poseyó allí. Había gran veneración por la cruz; muchas damas se hacían llevar ante ella para adorarla. Se convirtió además en el centro de las célebres fiestas de la Cruz de Mayo.

Dicha capilla con su cruz de Caravaca, debido a un lamentable incendio en un campo vecino, resultó destruida.  Tiempo después, cuando se abrió la calle, en recuerdo de aquel humilladero, se la  denominó “de la Cruz de Caravaca”, aunque en nuestros días, y ya desde mediados del siglo XIX, sólo aparece el nombre de “Caravaca” en su placa.

Fuentes:

http://callesdemadrid.blogspot.com

http://fotopaseopormadridcalles.blogspot.com/2017/01/

https://madrid.callejero.net

https://www.google.es/maps/

Nos dejó la batuta de Candel

Nos dejó la batuta de Candel

En esta ocasión vamos a dedicar el blog de turismo a D. Antonio Candel que fuera director de la banda de música de Caravaca de la Cruz entre los años 1981 y 1985 y del que recientemente conocimos su óbito.

Un elemento importante de Caravaca de la Cruz son sus fiestas y un elemento importante en ellas es la música. La Agrupación Musical Caravaca de la Cruz, que en tiempos ha recibido otras denominaciones, ha tenido una serie de directores, entre ellos D. Antonio Candel Candel. La Agrupación Musical bajo su dirección contribuyó a ellas y a la cultura de la ciudad con diversas salidas, como se conoce en el argot musical: pasacalles, desfiles y procesiones, así también como conciertos.

En la primavera de 2020, en plena etapa de confinamiento por la pandemia del coronavirus (COVID-19), se conoció de su fallecimiento, a los 91 años de edad y por muerte natural en la ciudad de Caravaca de la Cruz. Conozcamos un poco más de su historia.

Antonio Candel

Tras la jubilación de D. Antonio Martínez Nevado, del que se guarda gran recuerdo, y el paso de otro director (Rafael Martínez Castillo) que no cuajó, llegó en noviembre de 1981, tras publicación en el BOE, D. Antonio Candel a hacerse cargo de la banda de música de la ciudad, precisamente en un año jubilar (aunque todavía no tenía la concesión de “a perpetuidad”). La banda estaba en sus mínimos cuando él la cogió y consiguió reflotarla.

Durante su corta pero intensa labor al frente de la banda de música se dieron conciertos en la Glorieta con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen, en el entonces Cine Gran Vía (donde hoy está la boutique de Jaime), en el Aula Cultural de Cajamurcia (lo que hoy es Bankia) o en la iglesia de San José del convento de MM Carmelitas Descalzas: en ese marco incomparable, como suele decirse (y en el caso de la citada iglesia no es exagerado el decir), dicho concierto fue grabado por el Centro Territorial de TVE (25 de marzo de 1985). Memorable fue también el desfile de la banda de música bajo su dirección por las calles de Madrid con motivo de la Feria Internacional de Turismo (FITUR) en febrero de 1984. Al año siguiente, 1985, desaparece el Cuerpo Técnico de Directores de Bandas de Música Civiles en el que había ingresado por oposición en 1956. Al desaparecer el referido Cuerpo de Directores pasa a ser funcionario del Ayuntamiento. Al año siguiente, por diversas circunstancias, deja la banda de música de la que se hace cargo D. Ignacio Sánchez Navarro.

Desde ese momento D. Antonio se convierte en un ciudadano más que no pasaba nunca desapercibido no tanto por su corpulencia como por su natural simpatía y buen humor.

Breve biografía

D. Antonio nació en la murciana localidad de Blanca en diciembre de 1928. Es en este municipio donde inició sus estudios musicales de la mano de su padre que era en aquel entonces el director de la banda de música de la localidad. Con 16 años ingresa por oposición en la Banda de Infantería de Marina, Tercio de Levante, de Cartagena, continuando su formación bajo la tutela de los maestros Ramón Sáez de Adana y Jesús Montalbán; simultanea su aprendizaje con estudios de Dirección y Piano en el Conservatorio Superior de Música de Murcia con los maestros Masotti Littel, Salas y Agüera. Terminada la carrera de piano en Murcia, amplió estudios de Fuga y Composición en Madrid con Ricardo Dorado Xaneiro, alternando los de Dirección junto al afamado director Ataúlfo Argenta.

En 1956 ingresó por oposición en el desaparecido Cuerpo Técnico de Directores de Bandas de Música Civiles, dirigiendo, entre otras, las bandas de Blanca, Orihuela, Cehegín, Elda. Hellín y Tobarra, localidad desde la que accedió a la de Caravaca de la Cruz en 1981 y al frente de cuya agrupación permaneció hasta 1985. Ya no se alejaría hasta su muerte de la ciudad de la Cruz.

Entre sus composiciones caben destacar la zarzuela “Blanca”, los pasodobles taurinos Pedrín Benjumea y Pepe Luis Vázquez, y, sobre todo, el pasodoble “Abanderadas”, dedicado a las abanderadas de las fiestas de moros y cristianos de Elda (Alicante).

Dicha pieza fue compuesta en 1955 y con el correr de los años se ha convertido en una obra musical esencial dentro de las fiestas en honor a San Antón. Candel dirigió la AMCE Santa Cecilia entre 1954 y 1958. Es, pues, durante su estancia en Elda que compone dicha pieza. La ciudad de Elda le rindió finalmente un merecido homenaje el 25 abril de 2015 por el 60 aniversario de esta composición musical “Abanderadas”. Dicho homenaje fue organizado por la Junta Central de Comparsas contó con el propio compositor quien donó un par de zapatos al Museo del Calzado. Ese mismo día, por la tarde, se despidió de su Elda querida tras volver a dirigir “Abanderadas” con las siguientes palabras: “Gracias. Os llevo grabados en mi corazón. Este es un recuerdo que me hace florecer aquellos años de mi juventud. Gracias. Hasta siempre”. Ese día, el presidente de la Junta Central de Comparsas de Moros y Cristianos, Pedro García, afirmó: “Elda le debe mucho a la composición Abanderadas. Esto es un homenaje a Candel y a su vida. Las huellas de sus notas musicales se eternizarán en nuestra historia”.

Sirvan estas bellas palabras para despedir a este músico de gran corazón que eligió vivir en Caravaca de la Cruz tras su jubilación a pesar de los pesares.

Fuentes:

López Álvarez, J. Javier; Melgares Guerrero, José Antonio: La Banda de Música de Caravaca de la Cruz (Introducción a su Historia). Ed. Agrupación Musical San Sebastián de Caravaca de la Cruz.MU: 2004.

valledeelda.com

elnoroestedigital.com

cadenaser.com/emisora/2020/04/01/radio_elda/

musicafestera.com/obres/pasdoble/abanderadas

docs.google.com/document/ (Extracto La tribuna de Albacete)

Caravaca de la Cruz, un destino seguro y abierto a todos.

Caravaca de la Cruz, un destino seguro y abierto a todos.

Tras estos meses de abligada parada motivada por la pandemia del Covid-19, el turismo en Caravaca de la Cruz reinicia su marcha con la suerte de formar parte de una comunidad autónoma que es de las menos afectadas y, por supuesto, con todas las medidas de seguridad para los visitantes.

Los que tengan pensado venir a nuestra ciudad se encontrarán con la Oficina de Turismo ya abierta (de lunes a viernes: 10-14.30 y 16.30-19.30; sábados: 10.30-14 y 16.30-19.30, y domingos y festivos: 10.30-14 h.). Asimismo con un Punto de Información Turistica de refuerzo habitualmente abierto de lunes a viernes.

También encontrarán los principales museos de la ciudad abiertos: Museo de la Stma. y Vera Cruz, Museo de los Caballos del Vino, Museo de la Fiesta y Museo de la Música Étnica, este último en la pedanía de Barranda.

Por supuesto, podrá visitar el famoso santuario de la Sta. y Vera Cruz, conocer otros edificios religiosos sobresalientes, como la iglesia de El Salvador, La Concepción, Ntra. Sra. del Carmen, el Templete, etc.; su impresionante patrimonio civil: el Ayuntamiento, Plaza de Toros, las numerosas casonas blasonadas de la nobleza local, rincones con encanto de su casco antiguo, más de una docena de esculturas en calles y plazas que hacen de la ciudad un verdadero museo al aire libre; descubrir los muchos rincones que albergan restos arqueológicos, degustar su rica y variada gastronomía, sin olvidarnos, eso sí, del privilegiado entorno natural en el que se asienta el municipio, del que destaca por mérito propio el bellísimo pareje de Las Fuentes del Marqués, donde vegetación y agua juegan ante nuestros sentidos.

Y por si todo esto no fuera suficiento, ya están listos los ‘Pasaportes Culturales’, que @TurismoCaravaca repartirá entre hoteles, hospederías y alojamientos a las primeras 500 personas que pernocten en nuestro municipio y que dan acceso gratuito a la Red de Museos


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